ELOGIO DE LA INFANCIA
Mi infancia
recuerdos de un pueblo de Guadalajara.
De jugar al fútbol
con botas katiuskas
sobre la nieve.
De ir a la huerta
a comer tomates
en primavera.
De noches buscando caracoles
en las tapias
con lámpara de petróleo.
De monaguillo
con sotana de seda rosa.
De toro de cartón
con montera y capa de torear.
De hucha con negrito
para pedir por las misiones.
De bicicleta de hierro
comprada en la subasta
de la Guardia Civil.
De tirador de goma
para los pájaros.
De pesca de barbos
en el río con mi padre.
De monterías de jabalíes
siguiendo sus huellas
la jauría.
De escuela desvencijada
con estufa de leña.
De maestro con vara
señalando las provincias
en el mapa.
De lavar la cabeza con vinagre
evitando los piojos.
De leer a la luz del carburo.
De ir a la cuadra
a dar de comer a la cabra.
Infancia de la intemperie
con hielos en los cristales
de la ventana
y calentador de brasas
para la cama.
Y es que no tenemos
otra patria
que la infancia.