EVOCACIÓN
En
la claridad rojiza de las cocinas,
en
sus poyetes de agradecido barro
o
en el vapor de sus renegridas ollas,
hay
una luz suspendida.
En
el corazón de la vieja mesa
con
su latido de cucharas,
la
severidad de los cuchillos
se
ablanda con la compañía.
En la despensa abierta a los
asombros
permanece
el soplo de la infancia,
el
espíritu familiar alrededor de los manteles,
a
fuego lento se cuece la nostalgia.
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