ADRIANA BAÑARES








































Song Pop. Los 90s.


wannabe dura exactamente dos minutos y cincuenta y tres segundos. dos minutos y cincuenta y tres segundos para ser, no solo victoria adams, sino para ser pop y popular en la sombra.
       [victoria no era voz principal en la canción. siempre estaba atrás salvo en el estribillo].


las chicas que escuchábamos a las spice no teníamos edad para ser picantes. cogíamos prestados los tacones de nuestras madres, las revistas de nuestras hermanas y el maquillaje que regalaban en la minnie disney y en la súper mini (©ediciones b).

nos perdíamos los recreos para ensayar. tenemos que parecernos lo máximo posible. tú eres la sporty, siempre ven con chándal. posh, vestidos o siempre de negro (y no sonrías); ginger, pelirroja y sexy; a ver cómo lo hacemos contigo, que eres la negra; y tú, baby, piruleta y dos coletas.

pero dos minutos y cincuentra y tres segundos después volvíamos a ser cinco niñas de ocho años y medio. gomas milán y un vergonzoso adriana por equis en la pizarra. profesores de matemáticas sin paciencia y la voz de esti sin elevarse por encima de sus labios. volvíamos a ser menos de tres minutos, minúsculas.

 no matéis a los insectos, tan pequeños. Los niños minúsculos que no saben qué dicen las letras

qué es el girl power ni los estereotipos: el mundo entero en cinco puntos. geri desnuda en la vale y victoria dispuesta a dejar el grupo por un marry me. pero las niñas minúsculas no entienden. las niñas minúsculas graban actuaciones en playback en vhs. ni el directo nos distingue del original. somos copias pequeñas subidas en plataformas y actuando de espaldas a un público que nos ignora. las big girls don't cry, mutan. quiero ser amiga vuestra y estar cerca del chico que me gusta. quiero que el beso de nuestros padres sea cierto y no el hacer feliz a nuestro niño en este día tan especial de todo lo falso. el día de la primera comunión fue el día en que dejamos de creer en dios e ídolos de song pop. el día de la despedida y el comienzo de cartas perfumadas. ¿recuerdas cuando imitábamos a las spice girls? a mí ya no me gustan.

qué sentido tenía entonces aquel playback el veinte de septiembre del noventa y siete. una canción que ya había pasado de moda. una coreografía que nada tenía que ver con la original. un escenario que olía a orina de borrachos y sudor de pelotaris aficionados. Aquellos dos minutos y cincuenta y tres segundos fueron solo un rito desafortunado de iniciación. un estoy aquí y soy esto que es un no ser sino el querer formar parte. no querer ser una voz cerrada ni una niña impopular en primera fila, la equis vergonzosa en la pizarra. quién se iba a gustar de la niña más fea del colegio, de la nueva, de la que vive sin padre y escucha a los beatles pero no salta a la comba.

fin del baile.

las niñas vuelven a sus casas, nosotras jugamos a las barbies en el patio, pero lo mantenemos oculto para ser aceptadas en un círculo de niños que pretenden ser siempre mayores de lo que son porque la infancia es un estado mental indigno. porque la infancia es un estado mental indigno
jugamos de espaldas al mundo soñando ser mayores. 
Adriana Bañares.

1 comentario:

  1. Gracias por publicar mi texto. :)

    He visto una pequeña errata que espero podáis corregir: tercer párrafo: "posh, vestidos o siempre de negro (y nos sonrías)". Sería "y no sonrías".

    besos!

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