MARINA HIDALGO

















MANUAL DE PRIMEROS VAGIDOS

Si fueras un cuadro, tendrías tonos pastel,
quizá una acuarela dominada de luces..
Pero eres de carne y almíbar,
un copo de algodón que se debate
entre la risa y el llanto, en caótica
imperfección inexplicable.


En la inmensidad del espacio
todavía inexplorado
buscan tus ojos la luz , una forma
llamativa a que aferrarse.


Y si te doy mi mano aprietas
con la tuya como si del asidero
de la vida se tratase,
emitiendo gemidos que sólo
sabe interpretar una madre.
No me dejes, no me dejes
(Parece decir esa a que en realidad es una e)


Sin embargo no hay modo de encontrar
en este tosco manual
el fenómeno de sentir esto
por alguien que no estaba ayer
pues hoy ya no sabría decirte
quién depende más de quién.

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